martes, 7 de octubre de 2008

TRES PROPUESTAS - UNA TENDENCIA

Polo Guerrero…. Su pintura de entrada raya en la contradicción; y eso no es malo, quiero decir… ¿Porqué contradicción? Para un artista como Polo, vivir en una población como Pamplona, Norte de Santander, de temperatura extrema, con el frío pegado a la piel, es contradictorio que su expresión y su colorido, sea el lado opuesto a la cotidianidad en la que esta expuesto. Entonces lo que pinta el maestro Guerrero es la carencia, porque si pintara la realidad inmersa, su obra sería fría como su hábitat; y es esta carencia la que sale a flote en cada uno de sus trazos y, la tonalidad de su obra, se muestra incluso por encima de la atmósfera en la que vive inmerso. No podría ser más bendítamente contrario, que un artista en su entorno natural frío, pariera la calidez del como lo logra en cada uno de sus cuadros. Lo que muestra Polo en su obra, es otro quehacer diferente al que uno podría fabricar en la mente y cuerpo, cuando se logra el vívido goce, en un solo momento fugaz, cuando se recorre por un segundo quizá, el frío de su ciudad.

Rueda Castellanos

Tomado del Plegable Sala Spiwak

Hotel Dann - Bucaramanga 2008

¿De donde vienen esos colores que emplea el pintor colombiano Vázquez Rey?

¿Dónde se forman esas imágenes abstractas con las que recrea el espacio pictórico de su obra?

Todas proceden de un sitio y lugar común, de su tierra natal…

Terrosas rojizas, ásperas, como esperando una eterna puesta de sol.

Abstracciones cúbicas de tierra adentro, soledades sin agua en el desierto de la creatividad de un hombre sencillo y honesto con lo que hace, con lo que siente y transmite a través del óleo, de su vívida pintura…

Tomado del plegable Arcadia

Centro Colombo Americano – Bucaramanga 2008

Comentar algo sobre la obra de Gerson Corzo, pareciera fácil, en el sentido de adivinar muy pronto que su afán por el relieve es evidente, portentoso y de gran fortaleza expresiva. Todo ello es cierto, pero al mirar sin los afanes del mero esteticismo académico, se descubre, como en cámara lenta, un manejo maestro del volumen de sus figuras, a veces paisajismo puro, a veces ello mismo con una relación objetal con sillas, mesas y otros implementos de la vida cotidiana, a veces con animales atrapados por la historia implacable con su paso del tiempo, o a veces, simplemente el relieve por el relieve mismo, como queriendo significar con ello que la huella de la vida es tan imborrable, como inapelable.

El relieve con huella, afectado por el volumen interno de la figura simple, se convierte en una experiencia que trastorna a cualquier espectador, sacudido por la fuente combinación de las dos intenciones del artista en medio del color abstracto.

Clemencia Hernández

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