martes, 23 de septiembre de 2008

IMPRESIONES



Diré de Yolanda Hasbón que uno tiene que rendirse ante quien es capaz de separar las aguas de la acuarela, hacer que sus inundaciones o sus ríos de color vayan hasta donde uno lo mande, hacer del blanco del papel una luz y poner una sobre otra las transparencias hasta conseguir la plenitud de un color y la definición de una forma.

Ya Yolanda no duda, no teme y, aunque parece no atreverse, se atreve. No es la simpleza de las acuarelas de los paisajes urbanos o las marinas a que nos acostumbraron nuestros acuarelistas, sino ahora relatos completos, la narración detallada hasta el extremo como si las hubiera pintado aconsejada por los espíritus del tuerto López o Quevedo... o una naturaleza muerta sobre un mantel vivo, redondeces sobre las aristas de la geometría de la tela recogida sobre sí.

Yolanda tiene una conciencia especial: sabe que existe y ocupa ese lugar con soltura, con gracia árabe, con abundancia. Es abundante, graciosa, suelta, decidida. No hay titubeos en sus obras. Por eso vale.

La acuarela es de maestros que aprendieron a controlar los instantes y, después del fresco, no hay técnica que más se preste para la inspiración; pero después de la inspiración, el trabajo, la paciencia de las manchas sobre las manchas y las transparencias sobre las veladuras y el color sobre el color, hasta llegar al fin.

Un sabor a hai ku de agua colorida y cierta precisión de sello y permanencia en unas primaveras que no existen, pero que ahí están; unos cielos donde el arco iris se ha dísuelto al fondo de sus retratos del mundo. Una narrativa que le permite describir un matorral florido e intacto en una sierra desconocida que ni el asno ni el rocín hollaron y unas figuras manchegas que, al fondo, se van por la garganta del mundo, sin ninguna importancia y sin explicación.

La obra de Yolanda se explica a sí misma y es su propio sustento y fundamento. Tiene su propio sistema gravitacional. Comprendo, entonces, lo superfluo y lo vano de mi empeño. ¿Para qué invitar a detenerse en sus acuarelas, si ya sabemos con cuánto gusto y contento los visitantes a este salón lo harán? Digamos que por amor y nada más.

Pablus Gallinazo

miércoles, 17 de septiembre de 2008

CONCEPTUALIZACION

Desde el hombre de las cavernas hasta hoy, hemos sentido la necesidad de expresarnos estéticamente para contar de generación en generación, nuestro trasegar.

Los Egipcios, los Romanos, los Griegos; las diferentes culturas existentes han dejado su testimonio a través del arte y, gracias a él podemos hilvanar la historia.

Desde Jesús hasta el renacimiento, a pesar del oscurantismo por lo sucedido, el hombre es el protagonista del Arte.

Es cuando se nutre de la fuerza necesaria para sobrevivir en los tiempos modernos, llenos de altibajos de grandes vacíos sin razón.

En nuestro medio, un hombre que fue iluminado por la verdad: nuestro Q:. H:. MARIO HERNÁNDEZ PRADA sacude los cimientos de la raza Santandereana, y nos lega una visión prometedora del quehacer artístico.

El trabajo de la Gran Logia de los Andes recupera su memoria y hace que se abran los inicios de un renacer en el arte para nuestra altiva y pujante estirpe con el proyecto “Escuela de Bellas Artes con énfasis en Humanismo”, que al llevar el nombre de este insigne Santandereano, rinde merecido reconocimiento a su vida y obra; así también, La Galería “MARIO HERNANDEZ PRADA” como parte fundamental de dicho engranaje, continua con el desarrollo de los postulados de su razón de ser: la formación de mejores hombres.



La Galería de Arte
MARIO HERNANDEZ PRADA

Se encuentra ubicada en la sede de la Federación Oriental de los Andes en la carrera 25 Nº 45 - 13 en Bucaramanga. Inicialmente la estructura física utilizada, está conformada por las antiguas paredes del caserón.

Teléfonos: 6345555 - Móvil. 312 5688130 Bucaramanga Colombia.

carlospradahernandez@gmail.com

EL PROCESO CURATORIAL

El PROCESO CURATORIAL para una exposición de cualquier índole, implica diferentes circunstancias las cuales deben ser necesariamente observadas. Estas van, desde la selección de la técnica y el tema a exponer, pasando por él o los autores y escogiendo los objetos que estarán ante los espectadores.

El respeto por la historia y principalmente por la gente, obliga a los curadores a realizar una cuidadosa selección, la que generalmente resulta afectando a diferentes actores.

En el caso especial, de la GALERIA DE ARTE MARIO HERNANDEZ PRADA, tiene una característica adicional, el respeto por la Institución que la alberga - Federación Oriental de los Andes- y el nombre que lleva, el de uno de los artistas colombianos más importantes del siglo XX.

MARIO HERNANDEZ PRADA, piedecuestano de nacimiento, cambió radicalmente su modo de pensar sobre el arte en relación a la generación de su época. Hasta los años 50, la Escuela de Barbizón, el arte clásico y todo aquello que implicara cánones establecidos, determinaba el ambiente estético de la región; HERNANDEZ PRADA le dio un vuelco a los conceptos predominantes, obligando a los trabajadores del arte a tomar conciencia sobre el siglo que ya avanzaba en su segunda mitad, hacia cambios estructurales definitivos.

En esta Galería encuentran un nuevo espacio los cultores estéticos, brindándoseles la oportunidad de colocar a disposición de propios y extraños, un trabajo serio y dedicado, responsable y de avanzada, haciendo honor al Maestro que le da su nombre.